Comunidad Bahá'í de Colombia

Adoración y servicio

“No hay nada más dulce en el mundo de la existencia que la oración…La condición más bendita es la condición de oración y de súplica”.

Bahá’u’lláh 

1_1_5_adoracion2

La oración es la conversación espiritual esencial del alma con su Creador, directa y sin intermediarios. 

Es el alimento espiritual que sustenta la vida del espíritu. Los poderes latentes en la oración se manifiestan cuando ésta es motivada por el amor a Dios, más allá de temores o favores, y libre de ostentaciones y supersticiones. Ha de ofrecerse con un corazón sincero y puro que propicie la contemplación y la meditación, de modo que sus efectos puedan iluminar la facultad racional.

Una oración así trascenderá las limitaciones de las palabras e irá mucho más allá de los meros sonidos. La dulzura de su melodía debe alegrar y elevar el corazón, inspirando al servicio desinteresado a la humanidad.

Aunque esencial para la vida interior del ser humano y fundamental para el desarrollo espiritual, no obstante, la oración debe también dar lugar a hechos que manifiesten externamente esa transformación interior. “Por más exaltada que sea en su concepción, por más apasionada que sea en su fervor”, dicen los Escritos bahá’ís refiriéndose a la oración, “no puede proporcionar satisfacción y beneficios duraderos para el propio adorador, y mucho menos para la humanidad en general, a menos que se traduzca y transfunda en ese servicio dinámico y desinteresado a la causa de la humanidad…”

De igual manera las Enseñanzas bahá’ís, consideran que: “todo esfuerzo y dedicación realizados por una persona con todo su corazón, es adoración, si están inspirados en motivos elevados y el deseo de servir a la humanidad”.

La Casa de Adoración promulga este concepto de adoración, inseparable del servicio.

 

Explorar otros temas de
Enseñanzas Bahá’ís